
Cuando un amigo se va. Camelot.
EL PAPO LEVET (DEP)
Luis Ugalde suele ser un buen amigo, servidor público en Trabajo federal por 30 años y secretario particular del gobernador Fidel Herrera Beltrán, que aguantó todo el camino de los 6 años y los regaños y aplausos de ese hombre que se despertaba a las 5 de la madrugada y desde esa hora ya empezaba a gobernar.
Eran comunes sus llamadas tempraneras:
“¿Qué haces, hermano?”, solía preguntar.
“Duermo, gobernador,” solía uno responder.
Luis escribió un texto a su amigo Enrique Papo Levet, que aquí comparto con los lectores de Crónica Tierra Blanca y Notiver.
De su amigo Luis Ugalde:
“Siento mucho la despedida de Enrique Levet, el Papo Levet, como desde niños le llamamos en la palomilla del barrio de las calles 5 y 6 de Julio, Agustín Lara y Héroes de Puebla, de la colonia Zaragoza en la ciudad de Veracruz”.
Con “los Papos”, Enrique y Nacho, con los Duarte Rivas, y con Benito y Jerónimo Juárez, y también con Agileo García, muy temprano íbamos al playón de Villa del Mar a la cáscara futbolera.
Se armaban buenos partidos con los vecinos del fraccionamiento Reforma.
Y otros días con Roberto Bueno, “el Flamer” para trabarnos en grandes juegos de beisbol que terminaban con “la tocada” de guitara que apenas algunos aprendían, para llevar serenata a nuestras novias que conocimos en la secundaria y prepa del Ilustre Instituto Veracruzano.
Con el tiempo y desagregados los amigos en función de estudios, chambas y cambios, ahora veo que la Providencia nos permitió pertenecer a familias dignas y honorables, de valores morales e ideales útiles.
Vivimos fracasos y éxitos, hasta llegar a la mayoría de edad siempre trabajando y sirviendo a los demás, como lo hizo hasta hoy en forma destacada José Enrique Levet Gorozpe.
Su ejemplo de cumplimiento del deber, sapiencia y cultura, afecto de amigos, así como su sencillez y trato, seguirán mostrándose en su espíritu haciendo imperecedero su recuerdo de gran veracruzano”.
EL ASALTO AL PERIODISTA MELITON
Un robo muy sospechoso. Cuando se asalta a un comunicador, o en su casa como el robo al periodista Melitón Morales, siempre hay sospechas.
Fundadas o infundadas. En cuanto supe que habían entrado a su casa en horas no habituales para los robos, como a las 5 de la tarde y la noticia trascendió, llamé a Melitón y me dio su punto de vista.
Es un sitio muy concurrido con muchas habitaciones o residencias, por lo que más sospechoso se hace que la poli no llegara.
El tipo o los tipos, según relata Melitón a Notiver, iban en un lujoso BMW, gachos, debían de dejarlo para rifarlo y recuperar un poco lo apañado, aunque seguro también es robado.
Ojalá y el gobierno se ponga las pilas, no por este asalto al amigo periodista, por todos los asaltos que sufren los jalapeños que quieren vivir con tranquilidad.