Dicen que no se sienten las despedidas, dile al que te lo dijo, Cielito lindo, que se despida.
Camelot.
EL ADIOS A ORIZABA
El alcalde Juan Manuel Diez Francos lucia emocionado, era quizá una de las últimas apariciones como presidente ante su pueblo (queda la del 31), unas 4 mil personas que se convocaron a escucharle como único orador en el Metropolitano, un teatro orizabeño.
Lidiaba entre el discurso con la emoción, hubo un momento que la voz se le quebró y llevó la mano a escurrir una lagrima.
Emoción para una gente que gobernó y transformó esta ciudad en 11 años que lo fue como presidente municipal.
Campeón de elecciones, ganaba todas caminando y una de diputado federal.
La emoción lo llevó a hacerse acompañar de sus tres nietos, hijos de su hijo Juan Antonio.
Entró por la puerta principal y la gente se puso de pie para aplaudirle.
Emocionante acto, cuando la familia te lleva de la mano y dejas el ejemplo a los nietos de quién fue el abuelo, en tiempos que una ciudad agradecida le rendía su reconocimiento.
No había acarreados, todos fueron por sus invitaciones a palacio y estaban sus amigos y su Cabildo y empresarios, pero también estaba el pueblo, ese pueblo al que ha favorecido y sube a los autobuses de la ciudad, que son completamente gratuitos.
Al que les arregló sus colonias.
Repasó el escenario del antes y después, donde desde 2008 marcó un derrotero para la ciudad.
Era un Sueño Imposible, porque sabía lo que se necesitaba para cambiarla, pero había que buscar los recursos y el cómo y cuándo.
Así fue el informe, en la pantalla gigante exhibían esos sueños, La gente aplaudía cada obra transformada.
Fue un informe emotivo.
Al final un grupo cantó una canción favorita del alcalde, porque tiene una historia personal para él, de un amigo fallecido y habla de la motivación personal, a una ciudad, de un presente y un futuro:
Gente Luminosa, canción de Arrabal, que en el pizarrón se leía y hubo un momento que Juan Manuel reapareció para sumarse al tono de los invitados:
“Me quedo con quién me cuida / Me quedo con quién me valora / Con quién me hace reír / Y ríe conmigo, da igual la hora. Qué guapa es / La gente luminosa / La que baila porque sí / La que sonríe a todas horas”.
Y esa canción, cerraba un ciclo de Buen Gobierno.
Palabra Cumplida.
EL ROMPIMIENTO DE ALCARAZ
Un lector asiduo al tenis me comentó que poco había hablado del rompimiento de la mejor pareja del tenis; Alcaraz y Ferrero, que ganaron todas las glorias en las canchas de tenis, desde Wimbledon a Roland Garros, era común verlos sufrir, a jugador y entrenador, cuando en la cancha las cosas no se daban, Juan Carlos Ferrero lo quiso y quería como un hijo, si sufría, él también lo hacía, si se alegraba, se alegraba el equipo.
Dupla muy ganadora, Ferrero lo tomó desde chamaco para hacerlo lo que es: campeón número uno y una leyenda que se va formando.
Algunos hablan que fue el padre, porque cuando la familia se mete siempre se complican las cosas, la madre de Alcaraz le implora a Ferrero que regrese con Carlos.
Que todo se lo debe a él, que es “una parte fundamental en la vida de Carlos”.
Ojalá y ambas partes se reconcilien.
Difícil ver a Ferrero dirigir a otro y más difícil es ver a Carlos Alcaraz con otro entrenador, cuando siempre, después de cada punto volteaba al sitio de Ferrero.
