*El sueño (La cama), autorretrato de Frida Kahlo pintado en 1940, hizo historia este jueves al alcanzar 54.7 millones de dólares en subasta, el equivalente a poco más de mil millones de pesos.
LONDRES. (Agencias).- Un cuadro de Frida Kahlo titulado "El sueño (La cama)" se exhibe en las salas de subastas de Sotheby's en Londres, el 19 de septiembre de 2025.
La pintura, estimada entre 40 y 60 millones de dólares estadounidenses, forma parte de una colección de obras maestras surrealistas presentada antes de su próxima venta en Nueva York.
Un autorretrato de 1940 de la famosa artista mexicana Frida Kahlo, en el que aparece dormida en una cama, podría hacer historia el jueves cuando salga a la venta en Sotheby’s en Nueva York.

Con un precio estimado de entre 40 y 60 millones de dólares, “El sueño (La cama)” podría superar el precio más alto para una obra de cualquier artista femenina cuando se subaste.
Ese récord actualmente es de 44,4 millones de dólares, pagados en Sotheby’s en 2014 por “Jimson Weed/White Flower No. 1” de Georgia O’Keeffe.
El precio más alto en subasta para una obra de Kahlo es de 34,9 millones de dólares, pagados en 2021 por “Diego y yo”, que representa a la artista y a su esposo, el muralista Diego Rivera.
La pintura que se subastará muestra a Kahlo dormida en una cama de estilo colonial de madera, envuelta en una manta dorada con enredaderas y hojas.
Sobre ella, aparentemente levitando sobre los postes de la cama, yace un esqueleto de tamaño natural.
En su nota de catálogo, Sotheby’s dijo que la pintura “ofrece una meditación espectral sobre la porosa frontera entre el sueño y la muerte”.
Exhibida públicamente por última vez a finales de la década de 1990, la pintura es la estrella de una venta de más de 100 obras surrealistas de artistas como Salvador Dalí, René Magritte, Max Ernst y Dorothea Tanning.
Provienen de una colección privada cuyo propietario no ha sido revelado.
Kahlo, cuya vida fue trastocada por un accidente de autobús a los 18 años, se representó a sí misma y los eventos que experimentaba de manera vibrante y sin concesiones.
Comenzó a pintar mientras estaba postrada en cama, se sometió a una serie de dolorosas cirugías en su columna vertebral y pelvis dañadas, y luego usó corsés hasta su muerte en 1954 a los 47 años.