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¡FUGA DE CEREBROS; TRUMP VETA A ESTUDIANTES EXTRANJEROS!

Con la guerra abierta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los estudiantes extranjeros no sólo está cayendo la cifra de alumnos inscritos para los siguientes ciclos, sino que se está...

¡FUGA DE CEREBROS; TRUMP VETA A ESTUDIANTES EXTRANJEROS!

*Las restricciones del gobierno a las visas llevan a los jóvenes a buscar opciones en otros países; la caída en la matriculación afectará a la ciencia, pero también a la economía de EU, indican reportes

MIAMI. (Agencias).- Con la guerra abierta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los estudiantes extranjeros no sólo está cayendo la cifra de alumnos inscritos para los siguientes ciclos, sino que se está desmontando un modelo de poder blando (soft power) que fue, desde los días del Plan Marshall, la joya invisible de la corona estadounidense para influir desde casa a futuros líderes de diversas áreas mundiales, y se provoca una fuga de cerebros.

A través de una orden ejecutiva que suspende las entrevistas para visas estudiantiles en embajadas y consulados estadounidenses de todo el mundo, el gobierno de Trump ha interrumpido una arteria crítica que cada año atraía a más de un millón 100 mil jóvenes estudiantes de todo el planeta para formarse en territorio estadounidense.

De acuerdo con el secretario estadounidense de Estado, Marco Rubio, han sido revocadas 6 mil visas de estudiantes en la administración Trump. De ese total, 4 mil fueron revocadas por violaciones a la ley; el resto, por exceder su estadía.

Cuando está por reiniciar el ciclo escolar, una encuesta realizada por el Instituto de Educación Internacional, una organización sin fines de lucro que trabaja con gobiernos y otros organismos para promover la educación internacional, en más de 500 facultades y universidades, reveló que 35% de los centros experimentaron un descenso de las solicitudes procedentes del extranjero la primavera pasada, el mayor desde la pandemia.

La administración Trump afirma que lo hace en nombre de la seguridad nacional, del combate al comunismo chino, del antisemitismo universitario, pero los expertos advierten de las consecuencias.

“Se trata de una estrategia contraproducente para Estados Unidos”, señala a EL UNIVERSAL el académico e investigador social, Octavio Pescador.
“Una de las formas más importantes para que Estados Unidos mantenga la hegemonía ideológica en el orbe es precisamente, cultivar las élites de otros países en Estados Unidos”, señala.

El golpe ha sido dirigido directamente a la médula de universidades como Harvard, MIT, Yale, Stanford, Columbia, Cornell o la UCLA y todo el sistema de Universidades de California y otros estados. Estas instituciones no sólo lideran la investigación mundial, sino que dependen financieramente y académicamente de sus estudiantes internacionales.

Harvard, por ejemplo, reporta que más de 31% de su alumnado proviene del extranjero y sus programas de posgrado en ingeniería y computación, como en muchas otras universidades de élite, dependen en un 70% de cerebros que nacieron fuera de las fronteras estadounidenses.

El 56% de todos los estudiantes internacionales en 2024 estaban matriculados en campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), con una concentración especialmente alta en matemáticas, ciencia de datos, biotecnología, robótica, criptografía, inteligencia artificial y energía nuclear.

Áreas que el Departamento de Seguridad Nacional ha comenzado a clasificar como “vulnerables a la infiltración extranjera”.

Pero el impacto no se limita a las aulas de ciencia.

Las cifras muestran también una compleja red de presencia global; 71% de los estudiantes internacionales en Estados Unidos provienen de Asia, seguidos por un 8% de Europa, 7.6% de América Latina, 5% del África subsahariana y un resto disperso entre Medio Oriente y Oceanía.

Los principales países emisores siguen siendo India (331 mil 602) y China (277 mil 398), aunque Vietnam, Nigeria, Bangladesh, Corea del Sur y Canadá representan flujos crecientes.

Desde marzo de 2024 hasta marzo de 2025, el número total de estudiantes extranjeros cayó 11.3%, lo que ya había encendido alarmas dentro del ecosistema universitario.

Una parte considerable ha migrado hacia sistemas más estables en Alemania, Francia, Canadá, Japón, Corea del Sur o Australia, donde las condiciones de visado y el clima político son más estables.

“A los muchachos -estudiantes internacionales- les afecta seriamente lo que está sucediendo, es una incertidumbre”, dice Pescador, académico de la UCLA; no comprende por qué han prohibido o limitado la entrada de estudiantes internacionales, si “la CIA y el FBI revisan y verifican el nivel de ‘veto’ que cada solicitud estudiantil podría recibir”, añade.
Es decir, “la examinación exhaustiva de los antecedentes de cada uno de los candidatos -estudiantes- elegibles” la llevan a cabo las autoridades estadounidenses antes de llegar a Estados Unidos.

Las protestas propalestinas en campus como Columbia, UCLA, MIT y NYU, entre otras, han sido la excusa que ha usado la administración Trump para endurecer su narrativa.

En mayo, el presidente acusó a “ciertas universidades de estar financiando el odio antisemita con dinero del contribuyente” y propuso la suspensión inmediata de fondos federales a toda institución que no “colabore con los valores constitucionales estadounidenses”.

En Columbia, una de las universidades que más estudiantes internacionales alberga, el Departamento de Justicia ha iniciado una auditoría federal alegando “tolerancia institucional al discurso hostil contra la nación aliada de Israel” y puesto en duda su acreditación.