María Cruz y Rafael Ramírez no pensaban regresar a México sin una medalla de los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025.
Los dos representantes nacionales de judo llegaron hasta la medalla de bronce por el repechaje, demostrando que la fe mueve montañas sin importar qué tan complicado sea el escenario.
“Son muchas las emociones. Cuando salí del tatami no me la creía. Sentía felicidad y estaba sorprendió conmigo mismo. Es una prueba de que puedo y estoy muy feliz, están felices mis compañeros, mis papás y eso es lo importante, que todos estamos presentes y por eso soy muy afortunado.
Algunas veces yo ya no quise hacer judo porque yo decía que no me gustaba, estaba harto y le volví a encontrar la pasión y no creo dejarlo porque tengo muchos ídolos, desde mi papá hasta mi mejor amigo y en especial. Yo entreno en España, y tengo un ídolo muy grande que se llama David García Torné que es un judoca muy grande y es mi ídolo por cómo es como persona”, expresó el poblano, quien venció al estadounidense Anthony Farnot en los -73 kilogramos.
Con la música de su cantante favorito Bad Bunny de fondo, María también cumplió con la misión al imponerse a la cubana Wendy Martínez en los -63 kg.
“No entrené por un bronce pero me voy muy contenta de que sabía que si o sí tenía que regresar a casa con una medalla, tenía muy en mente todos el sacrificio y esfuerzo que daba día con día para tener una medalla y el día de hoy gracias a Dios se me dio el resultado.
Empecé en la gimnasia rítmica, pero no me gustaba. En el judo el ritmo es diferente, siempre estoy viendo el marcador porque tengo que ser muy precisa y no puedo desviarme de es parte porque sé que en un segundo pueden pasar muchas cosas y tenemos que aprender a manejar el tiempo, la presión del entrenador y de todas las voces que estamos apoyando al contrario y es saber manejar la emociones”, agregó la chiapaneca.